viernes, 5 de junio de 2009

Darío Bengala Rubén tigresa Azul

El tigre sale huyendo

y la hembra queda, el vientre desagarrado.

¡Oh, va a morir!... Pero antes , débil, yerta,

chorreando sangre por la herida abierta

con ojo dolorido

miró a aquel cazador, lanzó un gemido

como un ¡ay! de mujer, y cayó muerta.